La verdad sobre el caso Savolta by Eduardo Mendoza


La verdad sobre el caso Savolta
Title : La verdad sobre el caso Savolta
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ISBN : 8432230189
ISBN-10 : 9788432230189
Language : Spanish; Castilian
Format Type : Paperback
Number of Pages : 464
Publication : First published January 1, 1975
Awards : Premio de la Crítica de Narrativa Castellana (1976)

En un período de neutralidad política (Barcelona 1917-1919), una empresa fabricante de armas abocada al desastre económico por los conflictos laborales es el telón de fondo del relato de Javier Miranda, protagonista y narrador de los hechos. El industrial catalán Savolta, dueño de ese negocio que vendió armas a los aliados durante la Primera Guerra Mundial, es asesinado. El humor, la ironía, la riqueza de los matices y de las experiencias, la parodia y la sátira, el pastiche de la subliteratura popular, la recuperación de la tradición narrativa desde la novela bizantina, la picaresca y los libros de caballerías hasta el moderno relato detectivesco, convierten esta novela en una tragicomedia inteligente y divertida, que situó a Eduardo Mendoza entre los narradores españoles más destacados de las últimas décadas.


La verdad sobre el caso Savolta Reviews


  • Barbarroja

    Mucho se ha dicho ya de lo que supuso la aparición de esta novela en 1975, poco antes del cambio de régimen. Mucho se ha dicho de lo que significó, "una ruptura en la forma de leer novelas en España", y cosas parecidas. Yo no puedo aportar nada más, no soy crítico, ni filólogo, ni experto de ninguna clase. Lo que sí puedo decir es que me ha encantado, y que me ha reconciliado con la lectura después de un par de meses oscuros en lo profesional y en lo personal, en los que -malditos vericuetos de la mente- la había dejado de lado.
    Lo mejor: trama, arquitectura narrativa, lenguaje, personajes... ¿Qué decir de Lepprince, Nemesio Cabra, el comisario Vázquez, Pajarito de Soto, Cortabanyes, María Coral, Miranda y tantos otros? Después de unas semanas de haber acabado la novela, aún perduran en mí. Y eso es mucho.
    Gracias, Mendoza. Lo has vuelto a conseguir.

  • Kimberly Carrington-Fox

    Para mí debería ser una novela de lectura obligatoria. Impresionante

  • Lucas Sierra

    ¿Habrá quien quiera escucharme con otros oídos que no sean los de la fría razón? (105)


    Que los premios literarios no significan mayor cosa (el nobel a Dylan y el Alfaguara a Jorge Franco sean mis argumentos de peso) es algo más o menos claro para los lectores, cada uno cuenta en su historia con un arsenal de decepciones provocadas por el galardón brillantemente explotado por la mercadotecnia y exhibido en las cintas que abrazan las nuevas impresiones apresuradas de los grupos editoriales. De vez en cuando, sin embargo, el reconocimiento a un autor o a una obra abre los caminos de la distribución y los lectores podemos celebrar, con placentera lectura, el acierto de los jurados.

    Ese es el comienzo de mi conversación con
    Eduardo Mendoza, diálogo que empieza con la lectura de
    La verdad sobre el caso Savolta y cuyos alcances, fruto del gran gusto obtenido al devorar cada una de sus páginas, adivino proyectados largamente en mi futuro, y que debo, directamente, al Premio Cervantes del 2016, sin cuyo empuje es probable nunca se habrían reimpreso las obras del español en mi país (reimpresiones que espero sigan sucediendo).

    La verdad sobre el caso Savolta es una novela de misterio. La lectura se encuentra estructurada desde la fragmentación y consigue, por este medio, atrapar a un lector necesitado de adentrarse cada vez más en la obra para poder unir los cabos y encontrar a los culpables junto a las explicaciones de sus actos. Hasta ahí, ya hay un mérito: el niño interior agradece siempre la lectura transmutada en detectivescos hallazgos. Ese acierto, por sí solo, es característica de mucha literatura contemporánea (por el contexto, quizás Agosto de Rubem Fonseca sea el ejemplo más cercano que se me ocurre), y podría haber decaído en la lectura, haciendo de la novela una experiencia entretenida, y no, como fue, una experiencia plena.

    Pero no está sola la misteriosa disposición de la estructura de la trama; Mendoza conoce el lenguaje, y se entrega, para nuestro regocijo, a explotarlo desde el principio hasta el final. Mencioné ya a Fonseca y a su Agosto y a la coincidencia de trama en ambos casos: la muerte de un industrial, una investigación policial, una novela cercana a los parámetros de la novela negra, un contexto de crisis (el fin de la dictadura de Vargas en Brasil, en Fonseca; y los disturbios anarquistas post-primera guerra en Barcelona, en Mendoza). La gran diferencia está en el uso del lenguaje. Donde Fonseca es parco, clínico; Mendoza se permite jugar y ser poético.

    Empecé esta novela después de terminar Bomarzo de Manuel Mujica Láinez. Sabía que, luego del gran impacto recibido de la prosa del argentino (
    aquí mi reseña), iba a ser difícil para mi siguiente lectura ponerse a su nivel. Mujica Láinez es un esteta de primer orden, el preciosismo de sus líneas embriaga y esa cualidad literaria no está abierta a todos los escritores. Confié en Mendoza, en lo que había leído acerca de la inteligencia de su prosa, y recibí no sólo el ingenio de un escritor con oficio, no sólo la excelente creación de sus personajes y la arriesgada construcción de su fábula, sino, también, líneas como estas:

    Contemplé de cerca el rostro de la mujer que se mecía entre mis brazos y advertí en su piel tersa un tinte descolorido, una red irregular de venillas grisáceas e inicios de surcos en los alrededores de los ojos y la boca. Tras sus párpados entornados adiviné las riberas hasta donde descienden los pastos frescos, la brisa empalagosa de los bosques y el rumor del agua y las hojas y las cosas en movimiento que constituye un lenguaje secreto de la infancia. Jamás olvidaré a Teresa (50-51)


    O estas otras:

    Penetramos un instante en la tiniebla, torturando y padeciendo al mismo tiempo, identificando víctima y verdugo, como el torbellino ígneo que debió ser el universo en su principio, hasta que una mano gigantesca e invisible nos separó con la fuerza con que se agrietará el suelo al fin del mundo, y quedamos tendidos sobre la colcha, enlazadas todavía las piernas, nadando hacia la orilla de la conciencia, en busca del aliento perdido y del hilo de la razón. (83-84)


    Qué otra cosa le pide uno a la literatura sino belleza y verdad (que son lo mismo, en algún sentido). A eso, sumo el gusto de leer una historia entretenida, bien contada, con personajes entrañables (cada secundario es brillante), y el resultado es una sonrisa determinada a agotar la obra de Mendoza, si la suerte permite que caiga en mis manos (creo que tendré que leerla en digital).

    Como cierre dramático, baste decir que esta lectura ha sido grave compañía en días grises. La Literatura está ahí para salvarnos de nosotros mismos, el resto es futuro olvido.

  • Luis

    Javier Miranda es un hombre sencillo que se ve inmerso en una Barcelona de principios del siglo XX repleta de presión sindical, anarquistas, pistolerismo y burguesías oscuras. El auge de la fábrica de armas Savolta atrae las miradas de la sociedad, y su círculo de influencia se vuelve cada vez más difícil de explicar. El extranjero Lepprince ambiciona el potencial de la empresa, los obreros se rebelan en la calle mientras los periodistas especulan sobre su trama empresarial... Cuando Savolta es asesinado, el caso no ha hecho más que empezar.

    Se trata de una novela excepcional. Si lo remarco es porque en esta novela se puede encontrar una combinación de elementos arriesgada de componer que supera la prueba de fuego. Mendoza teje una historia que en las primeras páginas parece muy enrevesada de entender debido a la mezcla de varias narraciones: testimonios judiciales, cartas, artículos periodísticos, enfoque en primera y tercera persona... Después la novela fluye en el pasado y en el presente al mismo tiempo, mientras los acontecimientos encuentran su lugar y van sedimentando en la mente de un lector que se encuentra irremediablemente atraído por una trama de novela de misterio empapada de traiciones e investigaciones policiales sin hilo. Hay rincón para un amor que no acaba de materializarse, para hablar de historia reciente y mostrar las dimensiones de los conflictos sociales, para sorpresas que hacen releer segmentos de la trama...

    No sólo el estilo cautiva sino también la frescura de sus personajes, ya sean inocentes como Nemesio o Javier; pérfidos y calculadores como Lepprince, o escurridizos y cerrados como María Coral. Las figuras van y vienen, sus motivos son patentes y a la vez oscuros, los acontecimientos vibran entre el glamour de una fiesta de la alta burguesía y las trepidantes persecuciones mientras es difícil encontrar el descanso para la reflexión. Llena de energía en todo momento.

    Uno recibe el final con bendita emoción, es imposible no disfrutar de una lectura tan redonda. Gran novela de Mendoza.

  • Teresa

    Buena novela de intriga y con una buena trama bastante bien resuelta pero con continuos cambios de tiempo y de forma de narrar que han hecho que no llegue a empatizar con ningún personaje y hasta más de la mitad no ha llegado a engancharme.

  • Laura Bergen

    Clásico contemporáneo que abrió horizontes en la literatura española tras la muerte de Franco, La verdad sobre el caso Savolta es una falsa novela negra. Están los ingredientes, hay un asesinato, se abre una investigación, y sin embargo Eduardo Mendoza decide centrarse en los personajes, en la España durante la Primera Guerra Mundial, en un mundo lleno de claroscuros. La ironía del título es enorme: se trata de una novela con un narrador no fiable, personajes engañosos, una trama que crea expectativas que no se cumplen. El autor es un maestro en explotar ese concepto de «verdad» para casi cada aspecto de la historia. Su estilo es limpio, entretenido, fácil de leer. Me ha gustado, si bien el comienzo resulta confuso.

  • Pep Bonet

    Durante mucho tiempo quise leer
    La verdad sobre el caso Savolta sin conseguirlo. Y finalmente leo la edición del cuadragésimo aniversario, que vuelve al título original.

    Empiezo por comentar algo banal, pero que me interesa personalmente. El libro incluye los informes de la censura previa "voluntaria" del 1973, primera vez que Seix Barral presnta el libro, y de 1975, cuando se aprueba. Si el informe de 1975, con Franco moribundo, es neutro y sin especial relieve, el de 1973 no tiene pérdida. No le encuentra ninguna pega mayor: no hay problema de sexo, ataques al régimen o desafección en general. Pero recomienda cambiar el título (!!!). La razón aducida es esotérica: no tiene ninguna relación con el contenido. Pongámonos de acuerdo. Al menos en un nivel superficial, no tiene relación con el contenido. ¿Y qué? Es la libertad del autor. (Y desde el punto de vista de una sociedad que controla el mal en potencia, no representa ningún peligro!). Esto es sintomático de un tiempo que no acaba de irse.
    La otra cosa interesante en el informe de 1973 es el juicio que, sobre las calidades literarias del autor, emite el insigne censor. Así nos va el pelo...

    En cuanto al libro, es Mendoza en estado puro. Una obra de orfebrería en su primera parte, más directo en su segunda. Un estilo cuidado que rememora, sin parodiar, escritos de otras épocas. Gran estilo, agilidad, agradable de leer. Vale la pena.

  • Daniel Sanz

    Una novela muy buena, narra perfectamente la época y nos hace conocer la mentalidad y comprender a los personajes. La trama esta muy bien pero al final, para explicar las cosas tiene que meter un rollo de varias pagina explicándolo a través de un dialogo forzado lo cual hace que, para mi, pierda mucho.
    Si la historia no sabe narrar todos los hechos es que algo falla..

  • Txe Polon

    Una novela excelente en todos los sentidos: la estructura, la trama, los personajes, el tono, el ritmo, el lenguaje... Una gozada que se lee en un pispás.

  • Labijose

    Uno de los libros del Eduardo Mendoza más clásico. Leído hace muchos años, pero aún guardo un grato recuerdo de su lectura.

  • Ms Lecturas

    Narrada de una forma muy peculiar, que rompe con todo lo que he leído hasta ahora: mezcla cartas, recortes de periódicos, interrogatorios judiciales y narración en primera y tercera persona. Esta novela ofrece una perspectiva original de la revueltas obreras de 1917 en Barcelona.
    Envuelta en estas revueltas, Eduardo Mendoza nos presenta una intriga llena de codicia, especulación y muerte.
    Muy recomendable.
    📖❤️

  • David Pérez

    M'agraden els llibres que et fan sentir coses. Aquest en concret, et provoca un increment de l'odi cap als rics que es manté fins la última línia.

  • M. Jose

    El primer libro que leí de Eduardo Mendoza e hizo que me aficionara a sus libros. Para mí, el maestro de la novela negra española.

  • Remo

    Fantástico. Un tema que en prinicipio me atraía tan poco como las revueltas sindico-anarquistas del 17 en Barcelona toma tintes completamente inusitados y apasionantes bajo el enfoque y la maestría del autor. EM me encanta. Es el segundo libro suyo que leo (tras
    Gurb) y cada uno ha sido una puerta a otro mundo, desconocido y maravilloso. Gran escritor y gran libro.

  • Elizzy B

    ¡Qué maravilla de novela! Espero hacer la crítica pronto.

  • Blanca

    4,5⭐/5

  • Juan

    Leí este libro porque me lo mandaron en el instituto hace muchos (no tantos) años. Haberlo releído con más conocimiento del mundo me ha hecho ver que es una gran obra.

  • Alejandro

    Edición conmemorativa de "La verdad sobre el caso Savolta", con el título original que la censura obligó a cambiar. Más allá de su relevancia histórica (fue publicada en 1975 y se la suele citar, acaso sin demasiada justificación, como la novela que marca el inicio de la narrativa de la transición), es fundamentalmente una excelente obra de entretenimiento.

    Destaca su estructura, una virtuosa mezcla de voces y tiempos narrativos que conforman una sucesión de breves cuadros escénicos acabados en forma de 'cliffhanger', de evidente influencia cinematográfica. La tensión narrativa está muy bien administrada y el final es limpio, honesto, sin trampas. Y es que 'Los soldados de Cataluña' es, ante todo, una novela negra de impecable factura, ambientada en la Barcelona convulsa de 1917-1919. Sin embargo, el escenario es meramente circunstancial. No estoy de acuerdo con que la ciudad sea, como se ha dicho, el verdadero protagonista de la novela. Al empezarla, uno cree que se dispone a emprender un viaje a la Barcelona de las luchas sindicales, de las huelgas generales y de los pistoleros de la patronal, pero cuando el tren llega a su destino, el autor apenas nos deja poner un pie sobre el andén, y sólo desde lejos nos llega el sonido de las bombas de los anarquistas y el tufo a miseria y a pólvora de aquellos días de tensión revolucionaria. En estas circunstancias, no hay ni puede haber posicionamiento moral por parte del autor: sólo un distanciamiento irónico desde el que, en ocasiones, parece querer decirnos que tan déspotas eran los explotadores, como estúpidos los explotados. Una cantinela muy española, por otra parte: atribuir a una supuesta chabacanería patria el origen de todos nuestros males. Sin embargo, esto no tiene aquí mayor importancia: la obra no pretende ser otra cosa que una novela de aventuras salpimentada con toques de humor, y eso, lo consigue con creces.

    Mención aparte merece el estilo: Mendoza es hijo de un fiscal, y desde niño tuvo contacto con ese lenguaje jurídico, retórico y arcaizante con el que dota, no sólo al narrador, sino a la mayoría de sus personajes, de manera que sus diálogos, precisos como sentencias, carecen a menudo de naturalidad, y no es extraño ver a un paria o a una gitana hablando con una perfección formal digna de Menéndez Pidal o de Ortega y Gasset. Milagrosamente, esto tampoco consigue empañar el resultado, y a pesar de esa Barcelona de atrezzo, esos mendigos ilustrados y esa lucha de clases de mentirijillas, esta peculiar tragicomedia moderna se disfruta desde el facsímil fotostático de la página 1 hasta la carta manuscrita con que se cierra en la 435, dejando unas cuantas preguntas en el aire y a nosotros, con ganas de más.

    Hay que destacar, por último, los informes de la censura incluidos entre el material suplementario de esta edición. El primero de ellos, en concreto, es digno del mismísimo Mendoza: tacha la obra de "novelón estúpido y confuso" y añade, entre otras frases antológicas, que tiene "todo lo típico de las novelas pésimas escritas por escritores que no saben escribir". A pesar de ello, o precisamente por ello, el veredicto fue: "AUTORIZABLE". Bien por el censor.

  • Julio Bernad

    Desgraciadamente, sigo sin encontrar ese Eduardo Mendoza que me fascino de adolescente con su Misterio de la cripta embrujada y su carismático "detective" mitómano. No hubo suerte con sus secuelas -aunque no he leído todas-; tampoco con La ciudad de los prodigios, que encontré aburridísima pese a que la mayoría la considera una de sus mejores creaciones. Y ahora, al fin, me he animado con La verdad sobre el caso Savolta, su opera prima, una de las obras más importantes de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX, un soplo de aire fresco en unas décadas en que sólo el realismo social más misérrimo o el vanguardismo experimental más abstruso merecía llamarse Literatura. Así, con mayúsculas. Qué manda huevos.

    En un contexto así entiendo que esta novela, que si bien no renuncia por completo a la experimentación formal, si pretende contarnos una historia, pero no una ambientada durante el tardofranquismo, no: una trama de conspiración, de asesinatos y traiciones, con sus pistoleros, sus sindicalistas y potentados en una Barcelona industrial de principios de siglo como telón de fondo. Comparamos esto con otras novelas de los setenta y la verdad es que no hay color. Dicho sin animo de polemizar: por lo menos Mendoza es más divertido de leer.

    Sin embargo, y seguro que es problema mío, la historia no me ha dicho gran cosa. Si, al principio es simpático ir desentrañando el misterio con declaraciones judiciales, notas de prensa, correspondencia entre los distintos personajes y documentos policiales, pero muy pronto Mendoza abandona este formato collage y la historia se vuelve más lineal, sin saltos en el tiempo o cambios de perspectiva bruscos. Que no está mal, ojo, pero parece que esta segunda parte de la historia este desconectada de la primera, incrementándose esta sensación los últimos capítulos, en los que sólo seguimos a Javier, el protagonista, dando bandazos de un lado para otro, sin profundizar más en toda esa trama policiaca, a mi juicio mucho más interesante que la turbulenta vida conyugal del protagonista y sus problemas financieros. No obstante, podría llegar a perdonar todo esto si no fuera por la forma tan chapucera y perezosa que elige Mendoza para desentrañar todo el misterio. No diré más, pero es imposible no sentirse decepcionado.

    ¿Tendré más suerte con Una comedia ligera? Así lo espero, porque no puedo, ni quiero, ser el único que no vea a Eduardo Mendoza como el gran escritor que el; y me niego a pensar que solo disfrute tanto de El misterio de la cripta embrujada por leerlo de adolescente, porque es de los pocos libros que he leído mas de una vez. Es por eso que, aceptando que la culpa es mía y solo mía, y a modo de contrición, pienso darle una última oportunidad con la obra antes mencionada.

  • Radka Yakimov

    What I liked most about The Truth About the Salvota Case by Eduardo Mendoza was the style of the narrative: it started with a photocopy of a court document and ended with a letter; at places it was related in first person and in others in the third person. It might sound confusing, but, in fact, it works beautifully in pushing forward the story in the most effective and engaging way. For every time the format switched unexpectedly it changed the perspective thus deepening the intrigue and my involvement with the plot. For me, this unusual, highly creative style enriched the reading experience by adding -- intentional or unintentional -- nuances to certain situations and characters. A great read.

  • Magdalena

    Brilliant book! At first it may be difficult for the reader to find out what is exactly going on and it may be hard to switch between different types of narration… but then everything goes smoothly. I think that in case of this book the narration is the most interesting thing. The story is based on the 1st person and 3rd person narration, letters, reports , stenographic records etc. what’s more, the events aren’t put in the chronological order. However, the whole is coherent and in end makes sence.
    Not to mention the plot which is really absorbing.

  • Marisol

    La narrativa es muy buena, un rompecabezas que va tomando forma de una manera meticulosa. Una Barcelona convulsiva es el marco perfecto para esta historia, todos los personajes son como actores, cada uno tiene su momento estelar, para después moverse desde las sombras.

  • Julián Gómez

    Leer esta obra fue como estar en una montaña rusa, capítulos que me cautivaban y me hacían devorar las páginas y capítulos cuyas páginas tenía que releer para captar la idea. La verdad es que me pareció una obra compleja de leer, sobre todo la primera parte, pues los saltos temporales me confundieron a veces; no obstante, el hilo se va entrelazando y luego sigue una secuencia lineal (segunda parte).

    La obra abarca varios estilos de literatura, pues se entrecruza el ambito político, histórico, policíaco y social, además, que es menester mencionar la sátira y el humor negro imprescindibles en Mendoza.

    Otra característica que resalta es el de las clases sociales, desde la alta burguesía capitalista hasta la clase asalariada media-baja. Mendoza le da un estilo a cada uno de los personajes de acuerdo a la clase, que van desde expresiones coloquiales, pasando por lenguaje profesional (jurídico en el ambito policíaco) hasta un lenguaje más culto y refinado (Savolta, Parells, Lepprince y Claudedeu).

    En conclusión, es de las obras más complejas que haya leído este año, sin embargo, no aburre, la calidad literaria de Eduardo Mendoza es excepcional.

    Calificación 4,2/5

  • Lorena Ballesteros

    No habría dado con esta novela sino hubiese formado parte de la malla curricular de una de mis asignaturas del Máster. La verdad, quedo agradecida.

    La manera en que inicia, con intertextos, tipo pastiche que incluye de todo (declaraciones jurídicas, folios de cartas, de otras declaraciones, de documentos) parecería que la lectura y seguir la trama van a ser imposibles. Pero no, una vez que se tiene el hilo de la historia y se identifica al narrador y protagonista y se lo diferencia de los apartados narrados en tercera persona, por un narrador omnisciente, todo se vuelve sencillo.

    Mendoza hace una parodia de la sociedad burguesa de la Barcelona dé inicios del siglo XX. De esa obstinación por pertenecer a una determinada clase social, y una vez allí, hacer hasta lo imposible por mantener las apariencias. Lo interesante es que esto se consigue ¿a costa de qué? Y es ahí en donde se genera el argumento. En esta novela se ve cómo se saca provecho de los marginados. El protagonista es “un tonto útil” y su personaje es coherente hasta la última página del libro.

  • Raquel

    'La verdad sobre el caso Savolta' no es, en el fondo, una novela negra. Es más bien el retrato de una Barcelona turbulenta, sacudida por atentados y represalias, injusticia social y ecos de revolución. En el medio de esos acontecimientos se encuentra Javier Miranda, confundido y desarraigado, un protagonista intentando abrirse paso en esa ciudad tan excitante y prometedora como hostil.
    Durante los primeros capítulos, Mendoza salta de un estilo literario a otro y combina, haciendo también saltos cronológicos, la narración en primera persona de Miranda con la transcripción de interrogatorios y documentos judiciales y otras narraciones en tercera persona. Esto dificulta inicialmente al lector seguir la trama y engancharse, pero las cosas se estabilizan, aproximadamente, a partir del tercio de libro.
    La he encontrado una novela entretenida e interesante, si bien no fascinante o conmovedora, sobre todo por la capacidad evocadora del panorama social de un siglo atrás.

  • Merche Gutiérrez

    Demasiada descripción al principio, lo que puede hacer que pierdas el hilo argumental o deseches la lectura. Sin embargo, a medida que pasan las páginas se entiende la necesidad del autor de exponer minuciosamente el ambiente barcelonés que envuelve la crisis del 17.
    Muy recomendable.

  • Benito

    Una excelente novela que une a una trama suficientemente interesante un manejo fenomenal del lenguaje. Jugando con varios registros y aderezado por hallazgos que merecen mármol, Mendoza cuaja una obra que no se debería dejar de leer.

  • Enrique

    Para mi la mejor obra de E. Mendoza, con diferencia.

  • Alba Guerra

    Quizá resulte en un principio un libro un poco "accidentado" ya que la narración de sucesos no es lineal, sino que va dando saltos, pero uno se adapta fácilmente.
    Me resultó súper interesante el personaje de Pajarito Soto a pesar de lo poco que aparece, y lo que más destaco de la novela es el contexto histórico-político en el que se sitúa (la Semana Trágica de Barcelona, en 1909, auge de huelgas y movimientos obreros en España.
    Seguimos por lo general a Javier Miranda, un trabajador de clase media-baja y a la empresa Savolta, cuyo propietario es asesinado en un extraño complot.
    Encontraremos variados personajes, desde los ya mencionados hasta María Coral, una acróbata de cabaret y Lepprince, un exiliado francés que consigue hacerse hueco en Barcelona y con la mayor parte de las acciones de la empresa Savolta.
    El libro así como la narración no resultan pesados: siguen un buen ritmo y la novela consigue mantenerte en vilo todo el tiempo, entre complots, asesinatos, manipulaciones y demás entresijos.
    100% recomendado.