Title | : | Our Dead World (Bolivian Literature) |
Author | : | |
Rating | : | |
ISBN | : | 1943150117 |
ISBN-10 | : | 9781943150113 |
Language | : | English |
Format Type | : | Paperback |
Number of Pages | : | 120 |
Publication | : | First published January 1, 2016 |
Horror and the fantastic mark the unstable realism of Our Dead World, in which altered states of consciousness, marginalized peoples, animal bodies, and tensions between tradition and modernity are recurring themes. Liliana Colanzi's stories explore those moments when the civilized voice of the ego gives way to the buzzing of the subconscious, and repressed indigenous history destabilizes the colonial legacy still present in contemporary Latin America.
Colanzi is considered by critics to be one of the most promising voices of the new Latin American narrative, and this book is an ambitious formal and thematic leap.
Our Dead World (Bolivian Literature) Reviews
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Es difícil clasificar la narrativa de esta autora boliviana, pero he leído en
un artículo la etiqueta de 'retrofuturismo latinoamericano'. Pues quizá sí. Lo que no cabe duda es que los relatos son originales y que la mezcla de elementos - CF, fantasía, culturas indígenas, apocalipsis, etc. - es potente y en algunos momentos te vuela la cabeza.
Me ha llamado la atención 'Chaco', en que el espíritu de un indio se apodera del muchacho que lo ha asesinado. Es como una metáfora de la colonización, el conquistador dominado por los espíritus de aquellos a los que exterminó. Me ha recordado a 'Crónicas marcianas' de Ray Bradbury y eso siempre está bien. También me ha gustado 'Nuestro mundo muerto', que se acerca al formato de space opera, siguiendo la vida de unos colonos en Marte.
En todos los casos el ambiente es oscuro, incierto y a veces me ha costado un poco entender por dónde iba la trama, o qué significaba el final. Son relatos breves pero en los que se introducen muchos personajes y por ello a veces no son fáciles de seguir.
3,5* -
Una pequeña colección de cuentos que mete al lector en atmósferas raras, sitios oscuros y mundos un poco extraños. Aunque escritos con lenguaje en principio sencillo, e incluso parco por momentos, los textos están sembrados de localismos, nombres comunes de plantas y animales, reconstrucción de una oralidad poco familiar y estructuras atípicas. La lectura de Colanzi me recordó la primera vez que leí a Mariana Enriquez: cuentos incómodos y llenos de sensaciones desagradables, aunque en aquel caso están más centrados en ambientes urbanos y acá tienen el añadido de las serpientes y las cosas venenosas que ocurren en los campos (la contratapa, por cierto, relaciona a Colanzi con Quiroga). Todos los relatos tienen finales abiertos, además, lo que añade inquietud a la mezcla.
En algún momento leí algo de Edmundo Paz Soldán, textos sueltos de McOndo y tal, pero si no me engaña la memoria, esto es lo primerito que leo de literatura boliviana, ¿qué más hay?, cuéntenme, ¿de qué me he estado perdiendo? -
Citando a Paty Chapoy: Interesante pero muy estraño.
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En estos ocho cuentos, Liliana Colanzi nos deleita con unos escenarios verdaderamente sombríos. Es uno de esos libros que o te gusta demasiado o simplemente no le agarras la onda y te das por vencido. La verdad es que yo lo disfruté. Quizá porque estoy un punto en el cual me siento fascinada descubriendo a narradoras de horror latinoamericanas y Colanzi llegó fuerte, representando a Bolivia. Me dejó con ganas de más.
Algunos cuentos tuve que volverlos a leer para ver si había entendido bien lo que estaba pasando. Esa sea quizá la mejor manera de describir a este volumen: Desconcertante.
Un adolescente poseído por el espíritu de un indio mataco, un asesino caníbal, un joven en contacto con poderes superiores y una mujer que ha decidido dejarlo todo e irse a Marte, son algunos de los personajes presentes en estos cuentos. Aunque el corte fantástico está presente en cada uno de ellos, podemos ver también un retrato de Bolivia y de la muchas veces sórdida realidad que experimentamos tantos países latinoamericanos.
Se lo recomiendo a todos aquellos que estén buscando una lectura rara, fuera de lo común. -
"...that is when I first started to feel like my body wasn't well-grounded on this Earth. And what if the law of gravity were somehow to reverse and end up launching us into space? and what if a meteorite were to fall on the planet? I wasn't interested in getting closer to the mystery. I wanted to dig my heels into this horrible world because I couldn't bear the thought of another."
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From 'The Wave' in OUR DEAD WORLD by Liliana Colanzi, translated from the Spanish (Bolivia) by Jessica Sequeira. 2016/ 2017 by Dalkey Archive Press
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Whew, what a wild and creative collection! I was familiar with Colanzi's style from a previous short story I read in a Latin American short story anthology, and was excited to read more of her work in this volume. This collection includes 8 stories. Most stories play with perspective and voice, nested stories within stories with some fantastical and bizarre elements. I'm always a fan of WEIRD, and Colanzi served it up right.
A mysterious wave - never fully explained what or how - runs through a university campus, a young woman is haunted by an evil eye, a meteor strikes Bolivia, a cross-dressing cannibal roams the streets of Paris... Just a few of the themes you can read in Colanzi's collection. -
Sinceramente, hubo cuentos acá que tuve que releer porque pensé que no haba entendido. Pero la sensación del misterio y la ausencia no se iban. Cada uno de los cuentos de acá son historias de fantasía que rondan el misterio, el terror, la ausencia y dentro de ellos Liliana Colanzi muestra un panorama de un Bolivia desolador y extraño. Cada personaje está buscando algo que ya pasó pero mientras eso sucede, el panorama alrededor es macabro. Creo que al final, aunque no entendiera ciertas partes el airecito extraño me hizo adorarlos.
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For the first few stories, this seems well-crafted, but with approaches to the fantastical or horrifying that seem a bit obvious -- of course things become a little hallucinatory during early sexual experiences, at a friend's funeral, or under the influence of seasonal affective disorder. In this way they resemble a less rarefied and fully dreamlike version of Olga Orozco (
A Talisman in the Darkness) or Ana Maria Matute's (
School of the Sun) transmuted recollections. In fact, despite the intense moments conveyed, they're almost realist snapshots of the subjectivity of such.
Later stories, however, become more daring. The dread of Cannibal, the loss, even in sci-fi format, of Our Dead World, the multi-level malaise of Story With Bird. All of these point ahead to Colanzi's real talent and ingenuity. Ill look forward to her next works. -
Si te gustan las historias de fantasmas, aparecidos, extraterrestres, mundos paralelos, entes demoniacos, no sé qué estás esperano, agrégalo ya a tu lista de libros pendientes.
Cuentos desconcertantes, adictivos y muy geniales.
Lo comentaremos en Librosb4tipos este 30 de mayo a las 5pm (mx), en el canal de Las flores están locas. Más info en nuestras redes. -
Veramente bella questa raccolta di Liliana Colanzi. Parte non fortissimo e poi va guadagnando in intensità e incisività da un certo punto in poi.
Una ragazza vorrebbe uscire dalla rete di controllo ossessivo della madre, ma non sa esattamente come. Il compagno di scuola di una bambina muore in circostanze tragiche. Poi c’è una ragazza che sente un’onda energetica. Poi un terrateniente obeso che cerca di perdere chili ed è ossessionato da quello che diceva un suo dipendente. E poi un killer che squarta e mangia i suoi partner arriva a Parigi dove si trova anche l’accompagnatore di una corriere della droga. C’è un ragazzo che vive in un ambiente familiare tremendo e a un certo punto è posseduto dallo spirito di un indio. Ci sono i coloni terrestri che sono andati a colonizzare Marte e non se la passano esattamente benissimo. C’è anche un medico che ha combinato un casino operando la moglie di un console e si è andato a nascondere nella foresta.
C’è soprattutto la scrittrice: che ha una scrittura propria che funziona bene, post realista e magicista, magistrale nel saper integrare quell’elemento magico che più che altro viene riportato all’elemento indigeno. È importante anche dire che l’autrice riesce ad ambientare le sue storie negli ambienti più diversi (campagna boliviana-metropoli internazionali-Marte-ecc.).
I racconti sono sensoriali ed enigmatici come ha scritto Sara Mesa (altra grande scrittrice) in un giudizio riportato nella quarta di copertina. Quando la Colanzi azzecca la misura nel controllare completamente la storia, i racconti diventano veramente belli.
Bella lettura, mi ha convinto molto.
Era la prima che facevo di un libro di Gran Vía edizioni, che ha in catalogo altre cose interessanti e altri libri che ho letto prima che arrivassero tradotti in Italia - sento che pescherò qua e là altre cose dal loro catalogo.
Sotto, i racconti uno per uno.
L’occhio ****
Alfredino ***
L’ onda **
Meteorite *****
Cannibale *****
Chaco *****
Il nostro mondo morto *****
L’uccello **** -
3.5
Hace años tenía como pendiente leer a Colanzi y por fin he podido conocerla a través de este libro de cuentos. Estoy casi segura de que, en una futura relectura, podría darle cuatro estrellas, ya que los cuentos son parejos en calidad y están cargados de muchos detalles que vale la pena seguir descubriendo. -
“Nuestro mundo muerto”, la caja de sorpresas de Liliana Colanzi.
Este libro me gustó tanto que todavía estoy tratando de precisar los motivos en medio de mi sorpresa. Tiempo atrás, en un taller con la Arelis Uribe, había leido “La ola”, el que es al parecer uno de los cuentos por los que más se conoce a Liliana Colanzi y, aunque me había gustado, no había encendido mis pasiones al punto que sí lo hicieron los demás cuentos que componen “Nuestro mundo muerto”. A continuación, quisiera hablar sobre este libro desde varios frentes.
Primero, la forma en la que llegué a él, más bien anecdótica. Desde que conocí a Mariana Henríquez que busco escritoras latinoamericanas que escriban terror. Terror en el sentido amplio y complejo de la palabra. Relatos oscuros, inquietantes, y que aprovechen la tradición y variedad de supersticiones que tenemos en latinoamérica. Me puse a investigar porque tenía que llevarme mi libro mensual de la librería en la que trabajaba y quería hacer cundir el beneficio. Al principio quería algo de Aurora Venturini o Silvina Ocampo, pero no había stock. En internet, casi todas las escritoras de terror que se recomendaban eran norteamericanas o europeas. Hasta que me topé con este nombre conocido: Liliana Colanzi. Me encogí de hombros, revisé el catálogo y busqué el único libro disponible. Fingiendo que trabajaba, me leí el primer cuento: “El ojo”. Partía un poco flojo. Muchos clichés de adolescentes atormentados, una madre fanática religiosa, un violento encuentro sexual y de pronto: el apocalipsis. Si no hubiese sido por el apocalipsis, no me habría llevado el libro a mi casa.
Después vinieron los demás cuentos, pero no les quiero contar demasiado porque todo en ellos es importante y todo es una sorpresa, así que casi todo podría ser un spoiler. Lo que sí quiero contarles es que es el choque entre la superstición, lo paranormal y lo increíble, con la moderna cotidianidad latinoamericana lo que le da el gustito a estos cuentos, lo que hace la diferencia. Porque estos no son relatos de realismo mágico, no señor. Los cuentos de “Nuestro mundo muerto” cargan con horrores de verdad que llevamos en las entrañas hace cientos, sino miles, de años; azuzados por la violencia de la colonización y el contingente abuso del hombre blanco y poderoso hacia el indígena y el mestizo, ni hablar de la mujer.
Pero “Nuestro mundo muerto” es todavía más que eso. Me encantó que algunos de los cuentos, desde Bolivia, también se fueran a otras partes. Sin desconocer sus orígenes culturales y linguísticos, algunos relatos exploran la oscuridad desde la distancia del hogar, en una universidad de Estados Unidos; desde lo clandestino, en un hotel de París; incluso desde otro planeta, en un cuento que no me dejaba de hacer pensar “Ray Bradbury habría estado muy orgulloso”. La voz de Liliana Colanzi es muy versátil, escribiendo desde distintos tipos de narradores y lugares, sin dejar de ser entrañablemente latinoamericana y boliviana.
Me gustó que algunos cuentos parecieran divagar, que otros tuvieran estructura de caja china y fueran relatos dentro de relatos, o quizá relatos después de relatos. Que un texto partiera en un lugar, como “La ola” que parte en Ithaca, Estados Unidos, y que terminara en Santa Cruz, Bolivia, después de hacer un camino por el desierto en la frontera con Chile. Me gustó que otros construyeran un relato desde fragmentos que, como un poema, parecieran contar más de una sola historia, como en “Cuento con pájaro”, que incluye testimonios reales de indígenas ayoreos.
Finalmente, uno de los aspectos que más me gustó del libro es uno que ni siquiera sé si fue concebido de forma intencional.
Cuando ya llevaba un par de cuentos avanzada en “Nuestro mundo muerto”, me quedó claro que Liliana Colanzi iba a cuestionar jerarquías de poder, violencias normalizadas y a exponer el conflicto de lo indígena frente a lo colonizador y opresor. Todo esto ya me parecía más que suficiente para una serie de cuentos valiosos, sin embargo, grande fue mi sorpresa cuando me pareció encontrar, además, una sutil interpelación a la estructura patriarcal y heteronormada de la sociedad. Esto es lo que no sé si fue hecho a propósito o no, pero me parece muy interesante que en un par de sus cuentos no hay forma de saber el género del narrador hasta muy avanzado el relato y que, incluso en uno de ellos, - no les voy a decir cuál - un personaje que parece hombre - lo que revela nuestra propia y tan bien internalizada heteronorma - resulta ser una mujer en una relación lésbica.
Me gustó esta inclusión en este contexto, pero además, me gustó la cuidadosa forma en la que se siembra la duda del canon. Cuando leí el cuento en cuestión, no pude creer que no hubiese habido realmente ninguna alusión previa al género de la narradora, pero efectivamente no estaba. Después, hay otro cuento que no solo explora lo indígena, sino que también una relación espiritual trascendental que a ratos ¿pareciera rozar lo homoerótico? No estoy segura, pero al menos posee elementos sin duda alejados de lo normado.
Me gustó mucho este libro. Mucho más de lo que esperaba. Quisiera leer más a Liliana Colanzi. Quisiera leer más narraciones como estas: narraciones que juegan con lo local y a la vez con esa oscuridad que trasciende a toda distancia geográfica o cultural. -
Read for book club prompt to read a book written by a Bolivian author.
I don't think short stories work for me, which possibly contributes to the low rating I'm giving this. I imagine other people could really enjoy them but I think the stories were a bit too strange for me. I didn't really understand a lot of them and they didn't seem to have much meaning. I did, however, enjoy some of the stories a lot more than others, and I'd rate some individual stories higher than the overall 2 stars I'm giving the book.
Some of the punctuation choices were also very unusual and unnecessary, and I personally found it difficult to read at times. -
I'm disappointed to admit that I didn't like Our Dead World very much. This very slim short story collection is certainly unique in many regards, and its weird writing style is likely to appeal to many readers, but I found myself somewhat bored by the stories. Most failed to incite any strong emotions in me, and I feel like the collection is largely forgettable.
It's a shame, because I really did want to like this book. So many fellow readers of international literature had praised it through the roof, yet here I am, finding myself rolling my eyes at much of the writing. Liliana Colanzi's writing often felt like an exercise, with each story playing on a certain trick or gimmick without delving into the characters too much. And honestly, my own style just doesn't go for that as much. I prefer a strong emotional connection to a well-done techincal exercise.
To Colanzi's credit, Our Dead World didn't fail for the most common reason single-author short story collections typically stumble (a uniform writing style and blurring of each story into the other), but because none of the stories felt like they gave the reader any justification for caring about the characters. There was no space for them to grow or change. Instead, it felt as though things happened to or around them, with little impact. The stories felt detached, which just doesn't suit my personal tastes. However, this might be the exact reason other readers do like the collection, and given its almost-extreme brevity, I can recommend it to readers who like weirder stories or more experimental writing. Just because I didn't like it, doesn't mean you won't! -
Llegué a esta escritora con mucha ansiedad, con mucha expectativa. Había escuchado comentarios desorbitados relacionados a esta escritora; ahora veo que estaban desproporcionados, salidos de toda compostura, de toda objetividad.
Los cuentos de esta mujer, Liliana Colanzi, carecen de recuerdo en mi. No fue una lectura feliz, de gusto. No trascenderán.
Historias extrañas. Voces extrañas, que no alcanzo a escuchar, a creer.
Entre una ciencia ficción y una realidad brutal transcurren las historias y, con escenarios tan disimiles como Santa Cruz, Bolivia, París, Marte o la selva profunda, muestran una riqueza de lugares, de escenarios.
La voz indígena, que dicen, está presente en esta escritora, no la escucho, no llega a mí. La muerte siempre presente, como resolución. -
A collection of tense, taut, disturbing stories that will make you want to read more by the author
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Como toda compilación de cuentos tiene sus altas y bajas, pero "El Ojo" vivirá para siempre en mi memoria como uno de los más terroríficos que haya leído.
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Alcanzo las 3 estrellas gracias al único cuento de CF, que es el que da título al libro.
Muy buen relato, mucho mejor que El obelisco marciano de Linda Nagata por ejemplo, que fue elogiado y ganó premios en el medio anglosajón.
Los demás cuentos son más que nada de ambiente rural o tradicional boliviano, no son de fantasía ya que todo lo que sucede se puede atribuir fácilmente a la locura, a las drogas o simplemente a la superstición.
El otro cuento que rescato es El ojo.
Aunque hay que apreciar estos cuentos en su rareza narrativa y ambigua. Para muchas personas fácilmente pueden ser cuentos olvidables. -
Releer este libro de cuentos fue crucial para disfrutarlo a otro nivel.
Cada vez que lo releo son más los cuentos que me parecen geniales. Mis favoritos esta vez son La Ola, Chaco y Nuestro mundo muerto ❤️🔥
¡Colanzi es toda una sorpresa! ❤️ -
Podés leer esta y otras reseñas también en mi blog:
http://ceresplaneta.blogspot.com.ar/2...
Nuestro mundo muerto reúne varios cuentos en los que la autora crea ambientaciones opresivas, intensas, en las que se mueven personajes en ocasiones un tanto perturbados.
Lo primero a destacar de esta colección de relatos es que, más allá de que ocurre generalmente, los textos que componen el libro no me resultaron todos parejos. A decir verdad, los cuentos que efectivamente me gustaron, me gustaron mucho. Me parecieron muy bien logrados, con personajes interesantes y con historias entretenidas, atrapantes. Es decir, algunos me gustaron más que otros, pero ese, en realidad, no fue el problema mayor. Hubo otros relatos que no podría decir que no me gustaron, pero sí me resultó más difícil adentrarme en ellos. Cuando uno me gustaba, entraba de lleno en él, sin dificultades. Me compenetraba con la historia, seguía a sus personajes con interés y encontraba muy bien desarrolladas las ambientaciones en los que estos se situaban.
En cambio, en los demás relatos, se me complicaba más hallar algún aspecto que me mantuviera interesada en la trama que Colanzi narraba. Por lo tanto, no lograba conectar con el relato en sí. Los personajes, si bien están bien construidos, no me transmitían lo mismo que los que protagonizaban los cuentos que me gustaban más. De esta forma, se generaba una suerte de círculo vicioso en el que, para empezar, no me interesaba tanto el argumento del relato, por lo que me distraía con facilidad y, entonces, tampoco lograba captar la idea central del cuento.
Sin embargo, más allá de este problema con la trama de los relatos, sí hay un aspecto que me gustaría destacar de forma muy positiva: la prosa de la autora. Podría sonar hasta un poco contradictorio, pero a pesar de los ambientes que construye, que se caracterizan por ser en ocasiones siniestros, o en los que siempre parece que algo raro está a punto de ocurrir (si no está ocurriendo ya), la autora tiene un estilo bastante poético. Una prosa muy trabajada desde el punto de vista literario, con frases muy bien armadas que no solamente suenan bien cuando leemos mentalmente, sino que no tengo dudas de que alcanzarían una linda sonoridad leídas en voz alta. Este es, por lo tanto, lo que más me gustó de Nuestro mundo muerto. Siempre hablando de los relatos que efectivamente me gustaron más, Colanzi tiene la capacidad de transmitir con una interesante facilidad los pensamientos de los personajes, sus intenciones a la hora de actuar de una u otra manera, y su forma de encarar la realidad en la que están inmersos. Por eso, la autora sitúa a los mismos en ambientes distintos, para ver cómo reaccionan y cómo se mueven en torno a ellos. Probablemente el cuento que más me haya gustado es el que le da el nombre al libro; relata más que nada un lapso de tiempo de una mujer en una expedición a Marte. En este, la autora cuenta la historia no solamente narrando el presente de la protagonista en este planeta, sino que también utiliza el recurso de los flashbacks para relatar situaciones pasadas que, sin lugar a dudas, siguen teniendo sus efectos en la mentalidad de esta mujer. Este cuento me pareció el mejor del libro, con una atmósfera intensa, y una protagonista cuya mentalidad está muy bien pensada y plasmada en el texto.
Me ha gustado conocer a Liliana Colanzi. Más allá de que encontré diferencias bastante notorias en cuando a la construcción de los relatos (siempre hablando desde mi postura y mi lectura personal), los que me gustaron me parecieron muy buenos, con un buen desarrollo tanto de personajes como de ambientaciones y los contextos en los que estos se mueven. Con una prosa amena y por momentos muy poética, la autora construye relatos a tener en cuenta, que me permitieron conocer una nueva voz latinoamericana. -
Éramos satélites girando eternamente alrededor de lo perdido.
Un libro que crece; empieza gateando, tropezándose, abarcando más de lo que puede controlar. Después, llega a la consistencia, a la normalidad de un paso firme y con una gracia justa. Ya en el tercio final, se aparece danzando con encanto y total dominio; llega a su cúspide en los momentos previos a la última estocada, la que nos dejará embarcados a la deriva.
En los tres primeros relatos, con resultados dudosos, se insertan objetos fantásticos alusivos a la sobreprotección materna, a los sueños infantiles o a una melancolía de sensaciones encontradas. Ya en la mitad, nos presenta una posible versión de una de las mejores películas de Lars von Trier, pero vista desde este hemisferio: un cuerpo celeste que cuenta con confidentes en la Tierra, anhelantes de la destrucción de la misma. De la maldad de la misma. Le sigue una confesión de celos combinada con un deseo de olvidar, de huir de lo que alguna vez se fue. De lo que tal vez aún se es, porque el olor a pobre no se quita con nada.
Pero el postre definitivamente va al final. En Chaco nos habla del conflicto latinoamericano con sus raíces. Nos odiamos en muchas cosas, pero siempre está esa voz interior recordándonos que jamas dejaremos de ser aquello que tanto nos avergüenza; que lo que le pasa al que se miente, es que la palabra lo abandona. Llega el mejor relato que, con derecho, da título al libro y por fin desahoga toda la nostalgia de la vida pasada que no volverá. Se aferra a los restos que quiere pensar que todavía quedan, aunque ya sólo existan como consuelo el desierto y el sexo poco satisfactorio. En el Cuento con pájaro, a través de remembranzas y de una diversidad de voces, se muestran los arrepentimientos tanto de un médico sin vocación como de una comunidad que grita el lamento de haber confiado en el benefactor externo, siempre tan desinteresadamente dadivoso.
Se acabó. Apagué el monitor y sentí en los huesos la inmensa soledad del planeta. -
¡Qué buenos cuentos! Una de las cualidades que más llama la atención sobre la cuentística de Colanzi es su capacidad de insertar historias dentro de la historias. Me explico: empieza su relato, comúnmente, con una premisa que parece ser la principal, luego te inmiscuye una segunda para terminar en una tercera cuya relación con las anteriores es superficialmente nula. Esta capacidad de metanarralidad también es su gran tormento, pues muchos de estos relatos se escapan de la tradición del cuento clásico y muchos de sus desenlaces pueden saber agrios, vacíos; desenlaces que tienen más que ver con un quehacer novelístico.
Sobre esto último, hago la acotación de que no importa mucho cómo termine el cuento, sino cómo se desenvuelve, y es aquí donde Colanzi sorprende con su manejo de la prosa y su dosificación de las anécdotas, expandiéndolas a través de sus personajes, sus miedos y motivaciones, con una gran ritmo y amor a la buena prosa. Sus imaginarios ciencia ficcionales, cruzados también con el imaginario de hacienda, colonial, rústico de Latinoamérica, funciona de una manera que convida a realzar estos páramos dentro de nuestra imaginación. Se sienten cuentos orales, que no van a ninguna parte -y esto es bueno-. De nuevo, recalco que el mayor logro de estos cuentos es el viaje contado y no el destino a llegar; creo que es el gran valor de Colanzi como cuentista contemporánea. -
Promedio 3.5
Comencé este libro sin saber de qué iba, fue un impulso.
Debo decir, que los 2 primeros cuentos, casi me hacen abandonarlo. Es en el tercer cuento, donde atisbo el eje de los cuentos de Colanzi, ese que nos une a nuestro orígenes, o que nos habla de lo que intentamos desapegarnos, pero esta en nuestra naturaleza.
Si quiero decir, que al único cuento que le he dado 5 estrellas individual es: CHACO. En el, retoma ese juego de lenguaje que lleva acabo Sara Gallardo, en Eisejuaz, con lo cuál me hace querer leerlo ya!
CUENTO CON PÁJARO se le asemeja, y también me encantó.
Caníbal y nuestro mundo muerto, están inmersos en la ciencia ficción y los prejuicios, así como el aborto y la sexualidad.
Recomendado. -
Dos cuentos buenos y los demás bastante flojos.
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Muy raro pero muy interesante. Y eso es todo lo que puedo decir. El cuento de marte está muy chido.
https://www.neapoulain.com/2020/06/nu...
Seguro que si están por acá ya conocen a Libros b4 Tipos porque hablo mucho de nosotras. Resumen rápido: somos una colectiva de trece morras mexicanas que nos dedicamos a leer y promocionar literatura escrita única y exclusivamente por mujeres. Esa es una de las razones por las que en el blog las mujeres siempre tienen preferencia (aunque curiosamente leo muy 50/50 sin fijarme en el género de los autores, siempre con las mujeres por arriba, pero bueno, conozco a quien no lee ni una sola mujer escudándose en el "no me fijo en el género). Aquí en el blog, dejando de lado mis lecturas, son las más reseñadas, las más promocionadas y las más todo. Además, en Libros b4 Tipos este años estamos explorando distintos géneros y corrientes de la literatura del imaginario (la ficción) en países como América Latina y en mayo leímos fantasía. O sea, leímos Nuestro mundo muerto, de Liliana Colanzi.
Al principio esta reseña iba a salir antes de que lo comentáramos en vivo, pero luego se acercó la fecha y preferí esperar. Platicar los libros siempre me da otra perspectiva sobre ellos y las charlas con las beforas siempre son super interesantes. Por eso la espera.
Quiero empezar la reseña haciendo un paréntesis (apenas al principio y yo ya me estoy yendo por la tangente): por qué leer a las latinas. ¿Saben? Me ocurrió algo muy curioso ayer. Pedí recomendaciones de escritoras de fantasía (cualquier subgénero dentro de) haciéndo énfasis en que era mejor si eran latinas (porque es algo que estoy buscando activamente). Sí me hicieron varias recomendaciones, entre ellas autoras que ya leí y que no he leído (ya anotadas), pero fueron pocos los que recordaron a escritoras latinas y mayoría los que recomendaron a gringas y europeas (eso sin contar a los que directamente no leyeron el tuit principal y me dejaron escritorOs). ¿No conocemos más? ¿Se publican tan poco las escritoras en los márgenes que no las vemos? (No sólo hablamos de latam, sino de África, Asia). Este párrafo es un llamado a que veamos más allá. Europa tiene tradiciones fantásticas increíbles (no todo es la tradición inglesa, que ya de por sí es muy vasta y maravillosa) a las que prácticamente no se mira (Europa del Este, por ejemplo). Y si a esas no las vemos, pues Latinoamérica, con una tradición fantástica enorme, acaba en el olvido.
(Como quien dice DESCOLONICEN SUS LECTURAS, LÉANOS A NOSOTROS Y SOBRE TODO, A NOSOTRAS).
Ahora sí, vamos ha hablar de Liliana Colanzi. Esa introducción era necesaria para mí porque creo muy puntual decir que si vienen buscando la fantasía urbana clásica (de épica hablamos luego, en marzo fue que leímos a Liliana Bodoc) de los libros de moda, aquí no la van a encontrar. Los cuentos de Liliana Bodoc son cuentos basados en el propio folclore de Bolivia, en su cotidianidad, en sus experiencias. De nuestras experiencias, en las que se mezcla el ser "el otro" (que fue colonizado y todavía vive con las consecuencias de ello, por lo cual resulta insensible decir "superen la conquista"), las propias estructuras de poder en América Latina (que son parecidas de país a país, pero no iguales), el género (ser mujer en nuestros contextos, muchos y variados, muchas veces en la misma periferia), la raza (latino no es una raza, aclarando, pero sí nos define mucho el color de piel, especialmente en convivencia con la clase) y, por supuesto, la clase.
Hace dos años ya (creo, puede ser más) publiqué un ensayo en un libro llamado Infiltradas (que pueden comprar en lektu en digital o siempre pueden escribirme si no tienen posibilidades de comprarlo; está apenas a 77 pesos y Palabaristas es una editorial independiente que se portó muy bien con nosotros) en el que hablaba como la literatura de género (fantasía, ciencia ficción, terror) en la mano de las escritoras latinas tendía a reflejar nuestras realidades. Hable, por ejemplo, de Liliana Bodoc retratando la violencia conquistadora en La saga de los confines (en el área de la fantasía), de Mariana Enríquez con su cuento de Las cosas que perdimos en el fuego y las mujeres quemadas de Agentina y de Martha Riva Palacio y la crisis de feminicidios retratada en Frecuencia Júpiter. Fueron sólo tres ejemplos pero sigo muriendo en la colina de que leer a las escritoras de este lado del charco nos mueve muchas perspectivas.
Con Liliana Colanzi me pasó lo mismo. El primer cuento, El ojo, me voló la cabeza. La relación madre/hija, sin ser algo que yo haya experimentado, si es algo con lo que vi a muchas identificarse. La culpa narrada. Nuestro mundo muerto (el cuento) me recordó a la desesperación con la que se persigue el sueño de irse al extranjero, en ese caso, el espacio (además que abre un debate muy cañón sobre la idea de la posibilidad de colonizar el espacio). Pero no es sólo eso. Alfredito fue uno de los cuentos que más gustaron colectivamente porque a todas nos recordó a los funerales que nos ha tocado vivir (lamentablemente, para quienes nos ha tocado). Las leyendas e historias de Bolivia, las tradiciones, las creencias acompañan los cuentos de Liliana Colanzi, del primero al último (en menor o mayor medida). El colonialismo y los temas de género están allí, presentes, en las historias.
Suele ser calificado como un libro raro y difícil de entender (aunque creo que el propósito no es entender de pé a pá cada cuento, sino disfrutar de la atmósfera que deja la escritora con sus palabras). Es algo que he visto repetido y repetido cuando se trata de escritoras de este lado del charco (y luego lo dice gente que igual leyó a Cortázar que no se queda detrás siendo raro y les mama, en fin la hipotenusa) pero con esta reseña les quiero pedir que no se asusten ante lo raro o lo diferente. Exploren dentro de la literatura, es vasta, hay de todo. Uno de los más grandes placeres que me ha dado leer es conocer un chingo de cosas y visiones del mundo.
¿Les recomiendo los cuentos de Liliana Colanzi? Sí, mil mil veces. Especialmente si les gustan las cosas raras o los híbridos entre la fantasía, la ciencia ficción y el terror, si quieren conocer qué cosas escribimos en América Latina, si quieren conocer a una autora Boliviana (en mi caso es la primera dentro de la ficción que leo, aunque ya antes leí el testimonio hablado de Domitila Barrios de Chúngara). ¿Dónde lo pueden conseguir? En México lo publica Almadía, en Argentina lo publica Eterna Cadencia, en Perú, Santuario Editorial (si no me equivoco) y en Colombia, El Cuervo. No sé más. Si no son de alguno de esos países e igual quieren conseguirlo pueden escribirme y vemos alguna manera (hablando del acceso a los libros...). -
Un agradable descubrimiento. Ocho historias más o menos consistentes que mezclan realidad con contenido fantástico o con cierto sentido mágico. No puedo decir que haya comprendido a conciencia todos los cuentos, pero todos me aportaron algo, particularmente por el estilo de la autora. Algunos detalles de los textos me parecieron desconcertantes o incómodos pero muchos otros me resultaron incluso conmovedores.
A la luz del confinamiento hubo algunos momentos del libro que me resultaron perturbadores, pero valoro esa posibilidad de tomar algo escrito en el mundo del pasado que tenga alguna resonancia vital para mí en el mundo de hoy, mi mundo hoy.
Regresaré a Liliana Colanzi, definitivamente. -
Estamos en un punto en el que entre más raro, mejor libro es y pues no siempre es así.
En este libro Liliana Colanzi nos presenta escenarios terroríficos, temas muy interesantes, personajes increíbles que en conjuntos darían unas historias raras y muy buenas, sin embargo los cuentos aquí presentados se quedan en la rareza y no termina de desarrollar todo el potencial que podrían tener.
Las voces indígenas no me llegaron ni con megáfono, yo no distinguí esos debates internos de los _mestizos_, ni su reconocimiento hacia su parte indígena, sólo vi un montón de ideas negativas sobre los indios: que si comen piojos, que si abandonan a sus muertos, o que si se los comen, yo no vi la menor intención de entender la razón de por qué lo hacen, solo al _mestizo_ que hace menos a los indígenas y se asusta ante lo que ellos hacen o sea más de lo mismo.
Yo sé qué los cuentos son fantásticos y entiendo el recurso de dejarte diciendo "¿¿pero entonces qué pasó aquí??" pregunta para la que que no hay respuesta cuando un cuento fantástico está bien llevado y en ese sentido el libro cumple, sin embargo aquí no es así: realmente las historias tienen o muchas historias internas (La ola, Los pájaros) que no cierran entre sí y bien pudieron ser cuentos independientes y otros que tiene temas muy muy muy interesantes (Chaco, meteorito, Alfredito), pero que no termina de explotarlos, se quedan cortos y por eso dije "pero entonces qué paso aquí si iba tan bien".
¿Voy a leer otra publicación de Liliana Colanzi? Pero por supuesto que sí, yo no puedo cerrarme ante una escritora tan joven, con tanto potencial por una sola obra,
El cuento que menos me desagradó fue Chaco, ese planteamiento y ese inicio, caray, qué bonita la recuperación de la palabra y la importancia de la tradición oral. -
Na het lezen van deze bundel korte verhalen borrelen de volgende woorden op: sinister, geheimzinnig, rituelen, magisch, schokkend, traditie, horror, terugkeren, surrealisme, leven, liefde.
Ik heb Onze dode wereld verdeeld over acht dagen gelezen en hierdoor heeft elk verhaal mijn onverdeelde aandacht gekregen.
Stuk voor stuk zijn het indringende korte verhalen waar toch plaats is gevonden voor een soort van liefde die zich vermengd heeft met de donkeren diepten van de mens.
De lezer zal veel van de beschreven gevoelens herkennen.
Het moment dat voor het eerst door mijn moeder aan mij persoonlijk verteld werd dat iemand overleden was, is mij altijd bijgebleven. Zo verging het ook de hoofdpersoon in 'Alfredito'.
'Mijn grootvader zei altijd dat elk woord een zekere kracht bezit, en dat een juist gekozen woord de aarde kan doen beven. Een woord is een bliksemschicht, een tijger, een orkaan, zei hij, terwijl hij me woest aankeek en een glaasje medicinale alcohol inschonk, maar wee diegene die een woord lichtvoetig gebruikt. Weet je wat er met leugenaars gebeurt, vroeg hij.'
Lees mijn recensie hier verder:
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Resulta toda una revelación la literatura de Liliana Colanzi, más que nada por la forma en la que logra trasladar muchas de las costumbres y tradiciones de su natal Bolivia a territorios típicos del horror sin perder su identidad, lo que les confiere una cualidad refrescante que muchas veces se echa en falta en relatos de género.
No creo que podría elegir un relato favorito, ya que la obra funciona muy bien como un conjunto completo, cada relato arrojá un nuevo matiz que se va agregando a la mezcla y contribuye a incrementar el impacto total de la obra.
Es interesante como el género del horror se esta revitalizando a través de la aportación de voces femeninas latinoamericanas, espero que sea una tendencia a la alza y que esto contribuya a una revitalización completa del género.
¡No se lo pierdan! -
4,5 Un librazo. Se notan en los cuentos de Liliana un montón de influencias, desde lo literario hasta la cinematográfico. Ninguno de los cuentos decepciona, en todos logra meterte en ese mundo o de la baja Bolivia o del universo que ella haya creado, algunas son dignos de un relectura inmediata para poder terminar de internalizarlos, un libro enorme por donde se lo mire.
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One of the best short story collections I have ever read, no joke! Loved the Philip K. Dick influences.