¡MUERA LA INTELIGENCIA! by Jorge García

¡MUERA LA INTELIGENCIA! Reviews

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  Ángel Javier

  Impresionante recreación en viñetas de la vida del fundador de la legión, el tenebroso José Millán-Astray, en la que destaca el interés de los autores por aproximarse de una manera objetiva a este personaje detestable, lo que no evita que de las propias viñetas se desprenda ese aura repulsiva (atrayente para ciertos individuos) y arrogante que siempre rodeó al acuñador de la célebre frase «¡viva la muerte!», y la no menos famosa «¡muera la inteligencia!». El dibujo expresionista ayuda a que un aura de irrealidad macabra se desprenda de cada aparición del tullido héroe de guerra: el contraste entre negros, rojos y blancos compone una paleta de colores extraordinariamente apropiada para la biografía de un hombre que nunca percibió el universo de otra manera. Mención especial merece el escepticismo con el que los autores abordan el sonadísimo duelo verbal entre don Miguel de Unamuno y el protagonista del cómic. ¿Ocurrió? ¿No ocurrió? Lo cierto es que, a día de hoy, resulta imposible desentrañar lo que hay de realidad y lo que hay de leyenda en este (des)encuentro, si bien parece fuera de toda duda el hecho de que, si Carmen Polo no hubiera intervenido en favor del intelectual de verdad (no del que tradujo mal y torticeramente el código del Bushido del francés), probablemente la vida del ex-rector de la universidad de Salamanca habría acabado en ese momento bajo las balas de la barbarie.
  
  Para mí, resulta esencial que las biografías de este tipo de personajes se popularicen. En España hay muchas heridas que se han cerrado en falso, tratando de hacer borrón y cuenta nueva, cosa que, como se sigue demostrando cada día, no solo no ha servido de nada, sino que se ha incrustado como un cáncer en nuestra sociedad. Exponer a los verdugos como lo que fueron resulta esencial para que las víctimas sanen. Y, cuidado, que sigo esperando una buena historieta que hable sobre Santiago Carrillo y las matanzas de Paracuellos. Que en todas partes cuecen habas.