Corazones Rotos by Axel Pickett

Este empeño editorial tan certero de Axel Pickett, una muestra escogida del trapicheo habido, desde la pasada centuria, en los consultorios sentimentales que han proliferado en nuestra larga y angosta faja de miserias, es un ejemplo preclaro de lo que Umberto Eco denominaba midcult. Toma los grandes temas de la novelística clásica (habitualmente, el de los amantes devastados o clandestinos, al estilo del joven Werther, o la muy atribulada Madame Bovary) y los trata con la estrategia almibarada del bolero, el desgarro sombrío del tango (ese lamento habitual de los cornudos, como lo definió Borges), la propensión cebollenta de la telenovela. Parece, en principio, un empeño liviano igual que nos lo parecen un bolero o un cómic y un motivo de jolgorio, una colección de textos para pasar el rato y luego aparcar en la memoria, todo lo más como un divertimento, pero es mucho más que eso. Con su falta explícita de pretensiones, el género del epistolario sentimental, una impostura deliberada que proclama a voces paradójicamente su autenticidad, sugiere algunas claves y procedimientos inequívocos del ser nacional en su vida íntima y el terreno de lo amoroso, en sus truculencias y facetas menos confesables, pero por lo mismo las más entretenidas, sin dejar de lado la ternura, cierta ingenuidad palpable en sus aportes, una modalidad intrínseca de pureza. Nos revela, en suma, el imaginario de la raza criolla en ese terreno, la forma en que él discurre en ese frente íntimo, el del romance y sus sinsabores, y desde luego sus alegrías, sus euforias pasajeras y, de todas formas, tan persistentes.