Literatura infantil by Alejandro Zambra

Literatura infantil Reviews

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  Marcelo

  No es justo, sinceramente, que Zambra no sea mi padre.
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  Santiago González

  Haceme un pibe, Zambra
  
  Ya declaré por aquí me devoción total por Zambra. No hubiera leído este libro sobre reflexiones en torno a la paterndad si no hubiese sido escrito por él.
  
  Si en Poeta Chileno Zambra trata el tema de la padrastidad, esa palabra que la RAE todavía no acepta, acá da, digamos, el salto biológico y habla sobre la paternidad, el nacimiento de su primer hijo.
  
  Ya pasó la moda de la autoficción y la bendita literatura del yo dio un nuevo giro que resultó en este tipo de libros que tratan un tema en los que cabe de todo, ensayo, poesía, biografía y, por supuesto, ficción. Jazmina Barrera, esposa de Zambra, madre del hijo en cuestión, lo hizo con maestría en Cuaderno de Faros. Acá Zambra junta unos textos relacionados al nacimiento y crianza de su hijo.
  
  El libro está divido en dos partes, el primero es como un pastiche, o una rapsodia, si quieren un término más benévolo, en la segunda son cuentos/ensayos y son todos geniales. "Rascacielos" y el de la tristeza en el fútbol. Si tengo que hacerle una ligerísma crítica es que el editor pegó dos cuentos bastante parecidos sobre la relación con su padre. Los dos son muy buenos, pero yo, de haber sido su editor, hubiese dejado uno afuera.
  
  ¿Por qué si me pareció tan bueno el libro le pongo cuatro estrellas en vez de cinco? La respuesta más cercana a la realidad es muy simple: porque soy un triste reseñador de goodreads que sueña con tener un 10 por ciento del talento de Zambra y mi único súperpoder es ponerle estrellitas a los libros que leo, pero la razón que diría públicamente es que este libro me parece que está un escaloncito por debajo de obras maestras del mismo autor como "Facsímil", "Formas de volver a casa" y "Poeta chileno".
  
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  Gracias, te espero
  
  Sant
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  Juan Naranjo

  Imaginaos cómo de bueno es este libro para que me haya maravillado aún teniendo un capítulo sobre fútbol y otro sobre la pesca con mosca. Así de bueno es.
  Poca sorpresa, también os digo. Un autor capaz de escribir una obra maestra como «Poeta chileno» es difícil que pueda decepcionar.
  Aquí vuelve a reflexionar sobre algunos de los elementos protagonistas de su obra: la masculinidad, la paternidad, las relaciones familiares... En esta ocasión lo hace a través de una historia muy propia y personal en el que el narrador es, a la vez, autor, padre e hijo. Y con esos hilos (los paternales, los filiales, los literarios) va tejiendo una maraña de recuerdos presentada en forma de relatos (independientes, pero no tanto) en los que conocemos más a un hombre pausado, reflexivo, lleno de virtudes y deseoso de abrazar sus defectos sin ninguna vergüenza.
  Este libro me ha parecido una belleza. Se lo regalaría a cada varón de mi entorno con pensamientos de tener hijos... pero también a muchos de los que tengan padre.
  Alejandro Zambra es un genio. Su literatura es un regalo que te reconcilia con el mundo, con nuestra época e, incluso, con la hombría. Y eso sí que tiene mérito.
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  Agus

  Lo terminé llorando.
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  NenaMounstro

  Una carta de amor a tu papá cuando tú te conviertes en papá. A modo de autobiografía, Alejandro recorre su niñez sin comparar la de su hijo. Cómo el amor a tu papá puede ir mutando conforme vas creciendo, cómo lo ven los demás, cómo lo viviste tú donde esos rencores que tenías cuando tienes un hijo los ves de otra manera y tereconcilias con lo que tu papá pudo ser para ti, no lo que querías que fuera.
  
  Un libro muy precioso.
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  Pablo E

  La paternidad y la familia siempre han sido temáticas comunes en la obra de Zambra, pero desde el nacimiento de Silvestre el vínculo y la relación que está viviendo y construyendo hacia abajo con su hijo y no necesariamente hacia arriba con su padre, se ha tomado su agenda. Así, si a finales del año pasado fue el hermoso libro para niños “Mi opinión sobre las ardillas” la obra donde Zambra aborde el paso de juzgar a los padres (a “quienes nunca aprendimos a mirar bien”) a ser juzgado (o temer ser juzgado) por los hijos, este año será “Literatura Infantil” (publicado recientemente por Anagrama) quien nos lleve en este viaje. En ambos, Zambra muestra el eterno aprendizaje de algo a lo que no fuimos preparados: criar. Siguiendo el estilo ya tan propio de Zambra, “Lectura infantil” se siente real, íntimo, hogareño. Y el no abandonar los chilenismos aporta mucho en ello. Lo recomiendo mucho para aquellas personas que se están embarcando en el camino de la paternidad, quienes podrán encontrar en sus páginas las palabras que quizás no han sido capaces de expresar. PD: “Rascacielos” me pareció una obra maestra.
  
  Tengo dos líneas favoritas. Sobre la necesidad de escribir y la necesidad de escribir en especial este libro.
  
  “No fui a Nueva York, porque no quise cortarme el pelo. Y mi padre no leyó mi “Carta al padre”.
  - Voy a leerla cuando tenga ganas de llorar -me dijo-. Pero nunca tengo ganas de llorar.
  No supe qué responder. Nunca sabía qué responder. Por eso escribía, por escribo. Lo que escribo son las respuestas que no se me ocurrieron a tiempo. Los bosquejos de esas respuestas, en realidad”.
  
  “Yo preferiría contarte cada una de estas historias, mejoradas y aumentadas, algún día de tu juventud que estuvieras lo suficientemente aburrido como para sacarme a pasear en esa esplendida silla de ruedas que me prometiste. Me gusta pensar que este libro es nada más que un guión para esos lentísimos paseos del futuro”.
  
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  Josefa Araos

  quiero tener un hijo
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  Milly Cohen

  3.5
  Me divertí mucho y me conmovió otro tanto, lo disfruté enormemente y me perdí cuando habló de Damian y Sebastián (¿quiénes son?) y cuando habló del futbol, me dije, ¿chin, por?
  Luego entendí que iría más allá de su hijo, y que quizá serían una serie de ensayos y que yo no esperaba eso porque estaba muy contenta antes y luego dije que no es lo que yo quiera sino lo que él busque, entonces volví a fluir y dejarme sentir y disfruté a su padre y sus cosas pero igual seguí sintiendo que me cambió un poco la jugada en la segunda parte del libro y que yo hubiera preferido seguir con el tema de la primera sección, pero también creo que no es para pensarle tanto y que la contraportada se beneficiaría si no tuviera tantas letras, él es muy simpático y sensible y se lo pensaba regalar a mis hijos que son padres pero luego pues ya no
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  Layla Martínez

  Si se viene de leer 'Poeta chileno' probablemente se quede corto, pero si se piensa en la obra de Zambra en su conjunto, creo que es una pieza hermosa.
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  Cecilia

  Disfruté un montón este libro que me atrapó de principio a fin. Un libro que conversa de alguna manera con Linea nigra de Jazmina Barrera, pues mientras ella hace un diario de embarazo y maternidad, el padre de su hijo escribe este diario de paternidad y me encantó poder leer estos textos que reflejan momentos diferentes y que al mismo tiempo se complementan.
  
  En el caso de Literatura infantil veremos una mezcla de estilos que al principio leeremos como un diario y luego como ensayos, relatos y recuerdos que convergen en la paternidad, en los hijos, en la literatura, en los lazos que vamos formando y los lazos a los que siempre volvemos.
  
  "La paternidad vuelve a legitimar juegos que abandonamos cuando el sentido del ridículo consiguió gobernarnos por entero."
  
  Me gustó esta mezcla de ternura, humor y reflexiones profundas, estas frases llenas de poesía y poesía que fui marcando mientras leía y el estado de nostalgia y curiosidad por la propia infancia que traía consigo la paternidad.
  
  Toca temas como el bullying, agresión, amistad, prejuicios, la presencia y ausencia de una figura paterna, crecer, tradiciones padre-hijo, masculinidad y crianza.
  
  Hasta el momento es mi libro favorito del autor y lo recomiendo tanto a padres como a hijxs, y por qué no a madres, abuelos, a todos, creo que es un libro que de alguna manera puede conectar con cualquier lector.
  
  "Hablamos del pasado y nos reímos de nosotros mismos como si nunca en el futuro fuéramos a reírnos de quienes somos ahora."
  
  "leer es recibir secretos, pero también contarse secretos uno mismo."
  
  Espero se animen a leer esta mezcla de diario / ficción / ensayo, que personalmente se robó mi corazón.
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  Jazmin Nogaró

  Mientras leía Literatura infantil tuve la necesidad de escribir. Los ensayos despertaron recuerdos que creí olvidados: tardes de lluvia haciendo sopas de letras, los goles que creí hacer en el PES pero tenía el control desenchufado y mis primeras tardes de cancha (que no me gustaban).
  
  También, mandé algunos mensajes con una cita y un “Zambra también escucha Calamaro” o “Leí esto y pensé en vos”.
  
  Entendí que, a pesar de ser un acto silencioso, la literatura es compartida. Y si un libro invita a pensar en un otro es motivo suficiente para celebrarlo.
  
  Literatura infantil es un cuadro de la infancia a través de un juego de roles: Zambra es padre y escribe para Silvestre, su hijo. Zambra es hijo y escribe para su padre. En este intercambio encuentra matices y ahí nace su literatura.
  
  “Quiero que haya música. Lo primero que hacemos cada mañana es escuchar música y bailar. Y cuando nos echamos a leer en el sofá, quiero que la literatura sea una prolongación natural de la música, otra forma de música”.
  
  Entre mis notas escribí: Capaz, como Zambra, escribo recuerdos. No para la memoria de un hijo, o un otro, sino para recuperar esa infancia y hacer de ella una literatura infantil. Silenciosa. Personal.
  
  Este es un libro para volver a ser hijos y reconfortarnos con los mundos que crean las palabras.
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  Sebastian Uribe Díaz

  Quiero abrazar a Zambra y darle las gracias.
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  vivz miranda

  Ayyy, siempre termino llorando con Zambra, ya sea por el libro o porque toca fibras que me hacen sacar lagrimas por cualquier weá. Este viernes voy a verlo presentar este libro, y se siente como un reencuentro del que solo yo soy consciente :3 graciaaaasssss te kierooooooo.
  
  
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  quim

  Con Jana también nos pasa que queremos despertar a Cloe cuando nos aburrimos. A ver, el libro es tierno, pero sin más: cuesta reconocer al Zambra de Poeta chileno
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  Rodrigo Mayorga

  ¿Ensayo, novela, colección de cuentos? Difícil de clasificar, pero funciona. No es probablemente el mejor libro de Zambra y sin embargo, en este, la ternura propia de su escritura te abraza y conforta. Se agradece el retratar una paternidad que no sea la del arquetipo del padre sino más frágil, confusa y a la vez entregada. Hace falta más de eso en ma literatura.
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  Mireia Beltrá

  La dosis justa de ternura, humor y melancolía que necesito para pensar a los padres, la niñez o el fútbol. Como con todos sus demás libros me dolió terminarlo así que seguramente vuelva a leerlo cuando tenga ganas de llorar porque yo sí tengo ganas de llorar siempre un poquito.
  
  
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  Neo Marshkga

  Literatura Infantil de Alejandro Zambra (Anagrama, 2023)
  
  
  “La expresión literatura infantil es condescendiente y ofensiva y a mí me parece también redundante, porque toda la literatura es, en el fondo, infantil. Po más que nos esforcemos en disimularlo, quienes nos dedicamos a escribir lo hacemos porque deseamos recuperar percepciones borradas por el supuesto aprendizaje que nos volvió tan frecuentemente infelices “
  
  
  Zambra se ganó un lugar en mi lista de autores que leo sus libros apenas puedo, se que me va a hacer sentir una felicidad nostálgica el leerlo, y que me va a hacer cuestionarme o ponerme a pensar a cerca de la cotidianidad, la importancia de esos pequeños momentos memorables que van armando el esquema de nuestras vidas.
  En este libro, Zambra aborda diferentes temas relacionados a la relación padre-hijo, tanto de su forma de relacionarse con su hijo, como la relación que el tuvo con su padre, que me llegó en el momento justo por así decirlo, pero no lo hace en forma de novela, sino mas bien en un conjunto de cuentos y ensayos, de a momentos la diferencia entre ambos es nebulosa.
  La literatura fraccionaria del Yo es un estilo que debo admitir, me tiene un poco podrido, no porque como tal no tenga sus encantos, ame este libro, y me gusta leer a Emmanuel Carrere, pero quizás esta sobre usado, en parte porque como humanos, nos gusta hablar sobre nosotros mismos, y en parte porque, cuando uno no es necesariamente bueno, es más fácil un estilo fraccionario como excusa para no poder seguir un hilo conductor supongo, pero las veces en las que funciona y se hace bien, se convierte en algo disfrutable, ameno, que te permite crearte imágenes vividas e una vida ajena, lo cual acompaña mucho al estilo nostálgico de Zambra.
  
  
  “Hay días en que me dices “léeme”, pero también, con frecuencia, dices “quiero leer”, lo que por cierto no significa que quieras aprender a leer por ti mismo, sino que quieres que yo lea para ti, o quizás más exactamente que deseas que suceda lo que sucede cuando leemos, porque lo que sucede es cada vez distinto, eso ya lo sabemos: entre lectura y relectura, en cosa de segundos, ha cambiado el libro y hemos cambiado nosotros; nos detenemos en episodios diferentes, jugamos un juego hecho de interrupciones y continuidades que es siempre nuevo.”
  
  
  Me gusta la literatura que me hace mirar mis acciones diarias con diferentes ojos, tratar de entenderlas de diferentes formas, y Zambra tiene eso, como se detiene tanto en cada momento para hacerlo atractivo, memorable, cómico y nostálgico, me hace replantearme yo mismo la forma en la que pienso en mis recuerdos de momentos similares con mi hijo y se me hace un ejercicio entretenido y ameno, las reflexiones sobre esos recuerdos sirven para que uno pueda hacer lo propio a medida que lee y se va sumergiendo en los personajes o en la escena, reforzando esa nostalgia una y otra vez.
  
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  Pollo

  ¿Qué puedo decir de este maravilloso conjunto de relatos y ensayos? ¿De su natural oralidad, tan distinta a la de Bryce, la calidez de su conversación, esa frescura con la que mientras narra la historia te cuenta como se le fue ocurriendo y hasta los personajes (su familia) intervienen para corregirla u opinar? Pues que, ahora que lo pienso, aunque mi hija tiene algunos libro propios de su edad (1 año), la primera y creo que única foto que le han tomado con uno es con Poeta chileno y, si ella no existiera, definitivamente no habría disfrutado tanto con este texto. Gracias Macarena, por tí soy un mejor lector.
  
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  Laura

  ¿Acá es la fila para enamorarse de Alejando Zambra?
  Apenas empecé este libro supe que será el más hermoso que lea este año. Y también pensé "Me gusta incluso más que el anterior". Y también "Necesito un libro así que me dure dos años" y me corregí: "Necesito que este libro me dure para siempre."
  No me importa de qué hable Alejandro Zambra. Yo quiero leerlo y que me cuente cosas. Y Alejando Zambra es mi literatura infantil porque es mi fantasía de un hombre, padre, presente, sensible.
  Este libro me hizo reír y también me encontré que con una frase me destrozó y me dejó llorando irremediablemente. No pude recordar, antes de éste, cuál fue el último libro que había hecho llorar. Y cuando llegué al último capítulo, "Recado para mi hijo", también lloré, porque supe que el libro se terminaba. Eso, creo, no me había pasado nunca.
  Voy a volver a este libro muchas veces. Me gustaría seguir escribiendo más cosas sobre él, pero no quiero que se me queme del budín que horneo para mi hija a deshoras.
  Así que atrás, ¡a la fila!
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  Stefania

  Algo tiene este libro que me ha llegado al corazón.
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  Lorena

  Dice Zambra que escribió este libro, sobre todo, «para acompasar, con mis amigos, los misterios de la felicidad». Se agradece que haga extensivo el ofrecimiento a quienes no somos sus amigos (o lo somos sin que él todavía lo sepa). En los últimos meses he visto dos vídeos suyos que me han encantado: en uno le cuenta a la entrevistadora, Berta Gómez, que su hijo y él tienen un perro imaginario («mejor dicho, invisible») llamado Mechitas; en el otro enseña ante la cámara una selección de recomendaciones literarias entre las que se encuentra el, a su juicio, genial Profesión: Cocodrilo. Este libro canaliza la energía luminosa de ese par de anécdotas y la convierte en algo que siempre está a punto de bordear lo cursi, pero que, justamente porque no teme caer en ello, es capaz de sortearlo. Silvestre es una criatura muy afortunada.
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  Ayelen Arostegui

  Una delicia leer a Zambra hablando de su hijo y de su padre. Me esperaba reflexiones sobre la literatura infantil, pero son anotaciones, cuentos, ensayos sobre la relación de Zambra con su hijo, sobre la ternura, sobre lo cotidiano, sobre los libros que leen y comentan, sobre ese niño que habla tanto y es tan ocurrente, que juega a cosas tan divertidas, y hace llamadas de dos horas con su abuelo, que vive en otro país. Y aparecen relatos sobre la pesca, sobre el fútbol, sobre la amistad que no tienen nada que ver, pero tienen que ver. Divino, rarísimo, un encanto.
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  Camila Scapini

  Solo quiero decir te quiero mucho, papá. Eternamente agradecida de haberme sentido identificada con Silvestre.
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  Alvaro Alarco

  Mi primer acercamiento con la producción de Alejandro Zambra y no fue decepcionante, todo lo contrario. Una bella lectura inclasificable (hay cuentos, ensayos, poemas, frases sueltas).
  Un hermoso libro de paternidad (la del mismo autor con su hijo Silvestre, y la relación que tuvo Zambra con el suyo)
  
  Tengo mil cuatrocientas veintidós fotos en el teléfono y en casi todas sale mi hijo, que nació hace mil doscientos sesenta y seis días, de manera que le he tomado, digamos, una foto cada día de su vida...
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  Chiry_Du

  Disfruto mucho leer a Zambra y este libro me dió la oportunidad de sentir una cercanía con el autor.
  
  Estos textos sobre paternidad transmiten el amor y compromiso que tiene.
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  Paula

  he leído muchos libros de amor, pero jamás de un amor de este tipo: transparente, instintivo, entrañable.
  
  ahora solo quiero abrazar a mi padre y aprender a querer de esta manera a mis futuros hijxs.
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  Ceciliux

  Soy muy fan de Alejandro Zambra, me gusta mucho su estilo y los temas que trata.
  
  Literatura infantil es un conjunto de ensayos muy personales sobre la paternidad, su paternidad, la relación con su padre y lo que más me gusta es, que habla de su paternidad deseada y comprometida.
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  Fernando Garcia

  Esto tiene pinta, igual me equivoco, que el señor Zambra tenía unos textos (buenísimos, por cierto) sobre su hijo, pero los señores de Anagrama dijeron: «uy, qué corto, ¿no tendrás otra cosilla por ahí para que nos llegue a las 200 páginas y que cuele un precio que nos dé margen?». Porque la segunda parte poco tiene que ver, en temática y calidad, con la primera...
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  Eugi Arana

  Probablemente el libro más tierno y menos anticonceptivo del mundo